domingo, 16 de mayo de 2010

UNA HISTORIA DE AMOR

Alto, corpulento y serio, con paso firme y rápido, entró Gabriel a la Dirección; abrió su portafolios y sacó unos documentos para mostrarlos a la autoridad, era su primer día de trabajo en aquélla institución.  Recibió las indicaciones necesarias para dar inicio al trabajo y, cuando salía rumbo al sitio asignado para él, fue casi arrollado por una mujer.
--Hola--dijo ella, con voz dulce --disculpa.
   Ella prosiguió su camino y él fue a su lugar.
   Ambos eran compañeros de labores en la institución y pronto comenzaron a descubrir uno al otro cualidades, aficiones, gustos, intereses, distracciones...
--¿Sabes algo?  A tí te tengo una gran confianza, me has permitido deshacerme de mis fantasmas--comentó un día que regresaban del trabajo.
   Ella sintió que le hormigueaban las manos, se estremeció y afirmó:
--Yo también siento mucha confianza hacia tí.  Me gusta platicar y compartir mis ideas contigo.
   Así fue como inició el romance, un amor fuerte e imperecedero, que se afianzó con el paso de los años.
   Los dos decidieron que no debían constituir una familia, que no debían tener descendencia pues eso podría influir para afianzar su amor pero no sería por el interés de ambos, sino por un resultado de su amor.  Tampoco quisieron unir sus vidas a través de un contrato, pues dejarían de lado el amor a cambio de una posesión o negocio.  
   Prefirieron vivir el momento, esforzarse por  conquistar y agradar al otro, de vivir con la incertidumbre de la sorpresa que les deparaba cada día,  pero con la certeza de que se tenían uno al otro sin comprometerse más allá de su sentimiento...
    Cómo y dónde pasarán los tiempos de la vejez?  El lugar, no lo sabremos, pero sí podemos asegurar que será con una sonrisa de satisfacción por el inmenso cariño y por haber tenido en la vida la oportunidad de haberse encontrado un día en la institución.

EL JEFE DIEGO.


Me pregunto hasta dónde se llegará en mi país...  La inseguridad, a decir de Héctor Aguilar Camín, no es tan alta...  Yo creo que en el momento en que se invade la intimidad y la seguridad de cualquier persona, aunque sea una sola, se agrede a una Nación y más aún, cuando la agresión es contra un ex-candidato presidencial.
   Hace unas semanas ocurrió una tragedia en El Rosario, Del. Atzcapotzalco.  Ingresó un ladrón a una casa en la que habita una mujer madura y alcohólica; no sólo robó utensilios y aparatos, sino su pobre estabilidad emocional: la ultrajó y lastimó brutalmente.  Como siempre en nuestro país: no encontraron al agresor.
   Pienso, trato de imaginar una solución, pero no veo la salida: a las autoridades políticas y judiciales no les interesa más que su bienestar y se olvidan del resto de la población.  Quisiera poder tener la fuerza para  modificar las relaciones sociales y económicas de mi país, puesto que hay crímenes que quedan impunes, tal como el de Paulette que, por lo visto, ya se dio carpetazo.  ¿A quién o quiénes protege la autoridad?

sábado, 15 de mayo de 2010

¿UNA DEMOSTRACIÓN DE COMPAÑERISMO EN EL DÍA DEL MAESTRO?


 La vida es muy curiosa, a veces las circunstancias son capaces de borrar todo aquello en lo que siempre se había creído y, en mi caso, mi afición por el turno vespertino.  

   Desde hace algún tiempo han ocurrido actos irrelevantes que han aniquilado la armonía de la escuela vespertina, la relación entre los profesores es cada vez más ríspida y, para celebrar el d Día del Maestro, no se pudieron poner de acuerdo y, algunos, rechazaron en un tono tajante la posibilidad de compartir un rato con aquéllos a los que perciben como "enemigos".

   Por otro lado, los del turno matutino tienen sus diferencias, hay algunos que son más impulsivos y otros que desbordan decencia y cordialidad; una, como miembro de la escuela "integrada" o "incluida" como representante del servicio de apoyo, debe navegar entre las aguas turbulentas, en ocasiones, del ambiente de los maestros.

   Había dicho que me gustaba más el trabajo del vespertino por lo que respecta al sujeto de trabajo, es decir, los alumnos.  Los profesores son otra cosa, muchos de ellos se encuentran muy alejados de la clase de alumnos que tienen, afortunadamente.

   Para el 15 de mayo, Día del Maestro, deseo expresar lo que a mi entender debe ser un profesor:

1. Un profesor debe ser una persona culta y con iniciativa.  El profesor tiene la obligación de conocer y manejar lo indispensable para transmitir o guiar el aprendizaje de sus alumnos y, cuando algo sea desconocido para él, debe indagar para ser ejemplo de interés y de investigación para sus alumnos.
2.  El profesor debe ser comprensivo y paciente, debe evitar los exabruptos y los gritos, pues los alumnos pueden tener dos respuestas ante los gritos: la rebeldía o la apatía.
3.  El profesor debe ser carismático y actuar de diferentes maneras ante situaciones similares, al fin de enseñar a los niños diferentes formas de afrontamiento de problemas.
4.  El profesor debe escuchar a sus alumnos con atención, pues todo lo que digan los alumnos es importante para ellos, así se mantendrán las vías de comunicación.
5.  El profesor debe dar derecho a los alumnos de expresar sus dudas y replicar con respeto, pues solamente así los niños pueden formar un criterio y defender su opinión.
6.  Los maestros deben guardar las formas de comportamiento sociales dentro y fuera de la escuela, pues son un sector formador de caracteres.
7.  Los profesores deben ser ejemplo de limpieza y generosidad, a fin de que los alumnos quieran imitarlos en lo bueno.
8.  Los profesores deben conocer y manejar las reglas ortográficas y corregir de inmediato a los alumnos que presente errores en la escritura.  También deben hablar bien, es decir, sin omitir o agregar fonemas a palabras que, aunque sean articulaciones heredadas familiarmente, son incorrectas.
9.  Los maestros deben ser personas respetables y saludar a los demás cuando estén con niños cerca, aunque las personas les sean antipáticas, pues esto constituye un ejemplo de tolerancia y educación.


   Por último, quiero desear un feliz DIA DEL MAESTRO a todos aquéllos profesores que cumplan su función con interés, respeto, orgullo, honradez, honestidad, compromiso y respeto a sus alumnos.

INCLUSIÓN EDUCATIVA.


 Me dí por vencida pues "donde manda capitán, no gobierna marinero".  La supervisión nos proporcionó un documento, una parte de un texto acerca de las "barreras para el aprendizaje y la participación", de Ignacio (no sé si así se escribe puesto que no alcanzo a leer los textos en papel).
   Mi reflexión acerca del mismo es que expresa casi lo mismo que en los textos relacionados con las Necesidades Educativas Especiales:
- La anomalía o dificultad es exógena, es decir, no procede del niño sino de los contextos en los que está inmerso.
-  Debemos participar para conducir su aprendizaje y desarrollo a través de la intervención en los contextos.
-  Debemos sugerir a los agentes de contacto y educación de los alumnos para que modifiquen las prácticas que consideremos, perjudican el desarrollo escolar del alumno.

   Hasta ahí, todo está muy bien, pero en el texto dice que el término de NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES surgió en la década de los 70.  Sin embargo, supongo que ahí hay una falacia, pues tengo entendido que fue en la Conferencia Mundial sobre la cobertura y permanencia de los niños en la escuela de 1994, de la que emanó el Tratado de Salamanca, cuando se originó el concepto.
   Lo pregunté, pero no me supieron explicar la duda.  Es un ejemplo del poco manejo de información de ambas partes, de las autoridades educativas y de mí, lo que constituye una barrera para mi aprendizaje y limita mi participación.

LA IMAGEN DE LAS PROFESORAS... AQUÉLLOS TIEMPOS.


 Recibí un correo en el que se me invitaba a ver su contenido, era el de un concurso de maestras en Yucatán...
   Recuerdo a mis profesoras, mujeres austeras y elegantes, vestidas con recato a pesar de que algunas eran muy bellas y jóvenes, por ejemplo, mi maestra Alma Loyo Marentes, profesora de segundo grado cuando estudié la educación primaria.  
   Creo que tendría unos 30 años, era delgada, alta y con gran personalidad.  Recuerdo, ya que en aquélla época se tomaba muy en cuenta la ortografía, que nos decía   que debíamos ver su boca para saber si una palabra iba con la b labial o la v labiodental.  Para mí, todo en ella era digno de imitarse.
   Otra profesora de la que tengo una imagen de elegancia y presencia impactante era la maestra María Luisa Amaro, recientemente fallecida.  Era delgada, alta, de cabello corto y, de cuando en cuando, iba con lentes oscuros.  Sobria en su vestido, elegante por sí misma, era una persona que inspiraba respeto con su simple presencia.  
   Llegaba temprano, bajaba de su mustang color morado y cuando entraba al salón, su presencia abarcaba todo a pesar de su vestimenta discreta.
   Lo que va de ese tiempo al actual: concursos de belleza de profesora yucatecas que son fotografiadas y subidas a un sitio, mujeres guapas y no tanto que enseñan más de lo que el pudor y la presencia de autoridad y respeto de una profesora requiere.
   ¿Qué es lo que sigue?.

jueves, 6 de mayo de 2010

CALLEJERITO


Hoy por la mañana hice una búsqueda con la intención de saber qué es lo que ha hecho la autoridad con los victimarios de "Callejerito" y encontré una gama de comentarios,   muchos de ellos reproches violentos y agresivos hacia los sujetos y algunos que les tratan de exculpar.  
   Mi interés radica, esencialmente, en el seguimiento que se da a estos individuos ya que constituyen un riesgo social latente y urge que les den tratamiento.
   Después, recordé cuando, en la calle en la que vivo, habitaban varios perros callejeros y cada semana los llamaba para bañarlos, incluso los llevé a vacunar.  
   Uno de ellos, a quien llamamos Hitch, era inigualable por su porte.  Grande, de raza "alaska malamut",  Él era elegante y delicado, recordaba a los lores o caballeros del siglo pasado, por lo erguido y su mirada desdeñosa, no comía croquetas ni sopa, solamente aceptaba  carne cocida.  Hitck aullaba cuando escuchaba el silbido del tren.  En la familia comentábamos que, tal vez, recordaba aventuras y bromeábamos acerca de ello.  A él no le gustaba estar dentro de la casa pues, de vez en cuando, lo metíamos para ver si  quería pernoctar en un lugar calientito, pero él prefería el toldo de algún coche.
   En ese tiempo, yo salía rumbo a la escuela a las 5:30 de la mañana y él, agradecido, acompañaba al coche por avenidas muy transitadas, situación que nos preocupaba cada día y de regreso, por las tardes, me sentía feliz de verlo.
    También hubo una perra, a la que llamé Greta, que aceptó vivir en la casa.  Cuando regresaba de la escuela, me  recibía con alegría, corría  abarcando la superficie del pequeño patio una y otra vez.  Yo me sentía orgullosa porque, además, pensaba que le había sentado bien el estar  con la familia puesto que estaba engordando...  En realidad, estaba preñada y después de unos meses, en diciembre, dio a luz cuatro cachorros.
   Otra perra de la que guardo buenos recuerdos era "Flama", delgada y fea, criolla entre las criollas, pero con un gran corazón.  Su larga cola giraba como hélice de helicóptero cuando nos veía y, antes de bañarla, se dejaba caer, como si se hubiese desmayado.  
   Un día vino la camioneta del anti-rábico y ella logró salvarse.  Entonces, contentos, la llevamos al veterinario para que le dieran un baño, le cortaran el pelo y la vacunaran.  Ese era el premio por haber logrado correr y esquivar a los verdugos...  Pero a ella no le gustaba quedarse.
   Mi hijo era niño, me acompañaba en todos los actos caninos y por ello, también los quiso mucho.   Recuerdo que durante mucho tiempo rechazó escuchar la canción "Callejero" de Alberto Cortés porque, supongo, le hacía recordar a sus queridos perros.  Él salía a jugar por las tardes y ahí estaban ellos, acompañándolos a él y sus amigos mientras corrían, brincaban, platicaban o comían...
   Creo que el problema de los perros callejeros existe porque en la sociedad no nos hacemos cargo de ellos, porque no se les esteriliza y porque no compartimos los alimentos, los cuidados y las medidas preventivas con ellos.  Existen grandes albergues caninos a los cuales acudir para que los perros no sean sacrificados ni por los monstruos (entiéndase; despiadados como los 3 nayaritas) ni por la omisión de la que son objeto.
   Sugiero que los veamos como propiedad de todos, como lo dice Alberto Cortés en su canción: "Aunque fue de todos nunca tuvo dueño".

UN NIETO Y SU ABUELA


Sharon, de 17 años, era una joven atractiva y alegre, gozaba de gran popularidad en la preparatoria pues era porrista y sus saltos eran admirados por toda la afición al futbol americano.
   Sahron salía con Johnn,  el jugador estrella del equipo de la escuela; ambos eran un éxito, cuando asistían a las reuniones, bailaban y cantaban incansablemente, disfrutaban su popularidad y  la acrecentaban a cada paso que daban, cualquier mirada, cualquier palabra que dijeran, algún movimiento o peinad, todo  era digno de mención y de imitación.
    Un buen día, Sharon observó que su traje le comenzaba a quedar pequeño, que sus formas se iban diluyendo, que quería dormir casi todo el día y que no aceptaba cualquier alimento...
--Johnn--dijo con voz baja y temerosa-- creo que estoy embarazada.
--¿Qué dices?  ¿Estás segura?--contestó el joven sorprendido.
--Sí, y no sé qué es lo que debo hacer, no sé cómo decirle a mis padres, no sé cómo enfrentar esto y no puedo hacerlo yo sola.  Por favor, acompáñame a decirles--dijo ella con voz suplicante.
--Ni lo pienses.  Ese niño quién sabe de quién será.
--¿Cómo te atreves a decirme esto?  ¿Por supuesto que eres tú el padre, quién más podría ser?
--Pues olvídate de mí-- concluyó  Joynn y, dando la vuelta, se fue de la vida de Sharon.
   Ella enfrentó a sus padres, les tuvo que informar que el muchacho que la había embarazado no quería saber más de ella.  Los padres aceptaron la situación y dieron su apoyo a la joven, pero cuando nació el bebé la dejaron sola,  con la finalidad de que ella se hiciera responsable de todo lo que implica un nuevo ser.
   Sharon, con 18 años de edad, intentó trabajar, pero le fue imposible porque tenía que cuidar al bebé, a quien llamó Gorge.   Fue a la casa de amigas, de tíos, de primos para solicitar su apoyo; así vivió u un año, tiempo en el que se convenció que la crianza y manutención del niño y la propia eran imposibles por la incompatibilidad de tiempo, es decir, si atendía al niño no debía trabajar y si quería tener los satisfactores necesarios para ellos, debía dejarlo solo.  
   Un día de octubre de 1964 tomó la decisión y entregó al pequeño George a un matrimonio para que lo cuidaran, quisieran y atendieran como hijo propio; a cambio, ella prometió no volver a verlo.
   Pasaron los años, Sharon casó con un  trabajador de la construcción, se establecieron en un modesto barrio de New York y compartieron su vida, pero no tuvieron descendencia.  Con cuánta lástimas Sharon recordaba su pasado, cuando tenía entre sus brazos a George, imaginaba que lo arrullaba para dormirlo y creía escuchar su risa...
   Peter, el esposo de Sharon, era un hombre paciente, bueno, comprensivo, paciente y ambos se resignaron a  tener la alegría que les proporcionaban los niños ajenos.  Juntos salían al parque, caminaban  cobijados por la sombra proyectada por los árboles, se sentaban en  una banca y miraban a los niños, se distraían viéndolos correr, brincar, jugar a la pelota.  De vez en cuando, llamaban a un niño y platicaban con él, le contaban cuentos, le compraban helados, todo ello con el permiso de los padres.
   Hace cuatro años, George Jr.,  supo que su padre había sido adoptado y se dio a la tarea de buscar  a su abuela, de la que solamente sabía su nombre.  La búsqueda fue larga y agotadora, pero George Jr. es joven y estaba  motivado por conocer a alguien de la familia, pues su abuela es lo único que le queda.  Sus padres murieron en un accidente automovilístico.
   En diciembre de 2009 George Jr. encontró a Sharon.  La observó, era una mujer de 65 años que aún tenía restos de su antigua belleza, sus ojos azules y expresivos le hablaron acerca de lo que había sufrido sin su pequeño George, de las carencias y de lo triste que había sido su vida sin un hijo.
   Por su parte, Sharon, que es viuda desde hace más de diez años, vio en su nieto a un hombre joven, atractivo, dinámico y emprendedor.  Comenzaron a salir para platicar y conocerse, para compartir experiencias, emociones, sentimientos, pensamientos, ideas, propuestas, expectativas, prejuicios, etc.
   Ahora, los dos, abuela y nieto viven juntos, en pareja.  Buscan una mujer que les dé la oportunidad de ser padres para  sellar su amor.
   Este caso de incesto es totalmente increíble, la abuela y el nieto al ser pareja y tener un hijo, harán un revoltijo familiar, es decir, la señora Sharon tendrá un hijo que, a la vez, será su bisnieto ya que será hijo de su nieto.
    Por su parte, George Jr. tendrá un hijo que, al mismo tiempo, será su tío pues es hijo de su abuela.

CHAT, FACEBOOK, TWITTER Y DEMÁS SITIOS SOCIALES SON UNA EXPOSICIÓN DE ERRORES ORTOGRÁFICOS


 Yo pertenezco a la generación de los 70s, solamente cursé el primer grado con los libros de La Patria y aprendí  a escribir con la letra cursiva, mal denominada  manuscrita.  
   Al inicio del segundo grado, se llevó a cabo la Reforma, con libros de papel corriente y pastas muy frágiles, por lo flexibles.  Iniciamos la escritura con la letra script, pero no se abandonó la práctica, por fortuna, de las memorizaciones y las planas de palabras con errores ortográficos, la memorización y aplicación de las reglas ortográficas para los acentos, el uso de las consonantes v, b, h, c, x, z.
   También aprendimos los algoritmos de las operaciones matemáticas que, como ahora no se deben hacer mecanizaciones, muchos niños no han consolidado.
   Ingresé a Facebook y...es una vergüenza.  No solamente se conforman con sus horrores ortográficos, sino que intentan simplificar palabras con una sola letra.
   Me pregunto si las personas que así escriben lo hacen con un propósito, tal vez el de sentirse innovadores... ¿pero de qué?
   Es lamentable que muchas de estas personas sean profesionistas pues al leer sus mensajes, me doy cuenta hasta dónde ha decaído la enseñanza de la gramática y la ortografía.  Un ejemplo:”habrá" cuando quiso decir "abra".  
   Si pudiera, pondría a repetir cien veces cada error a los que ahí escriben.

UN DÍA COMO CUALQUIER OTRO


 La mamá se decidió, aún tenía dinero y debía hacerlo porque, pensaba, le pasaría como siempre, se acabarían los recursos necesarios para llevarlas.  Tomó las llaves de la casa y a cada una de las tres pequeñas.
   La mayor se sintió feliz, brincaba y corría de un lado a otro, iba a salir a la calle y tal vez, le comprarían cosas tales como golosinas o algún juguete.  Las otras dos, más pequeñas, desconocían el motivo de la alegría de la mayor.
   Al llegar al lugar, la alegría de Greta se tornó en terror.  Vio cómo bañaban  y arreglaban el pelo a otra, se espantó ante la idea duque le hicieran lo mismo, pero no se atrevió hacer otra cosa que llorar.  Con su llanto, puso alerta a Valentina, que buscaba los brazos protectores de la mamá y Ágata,  nerviosa, permanecía en silencio.
   Después llegó su turno, la doctora dijo:
--¿Cómo están estas niñas?
--Muy bien, doctora.  Pero ya vienen para que las vacune.
--¿Cuál vacuna les ponemos?  Recuerde que necesitan la triple, la desparasitación y la rabia.
--La última, por favor.
    La doctora, cariñosa como siempre, tomó a Valentina, después a Ágata y, por último, a Greta quien, a pesar de haber tenido el ejemplo de las dos anteriores, lloró profusamente.
   Una vez de regreso, las perritas fueron soltadas para correr con libertad, como premio a su paciencia y valor.
   Los perros y los gatos, es decir, los animales son como niños durante toda su vida y por ello es que las personas que tienen una mascota o que tienen perros en su calle deben cuidarlos y procurarles los satisfactores indispensables.  Se debe tener en cuenta que, además, las mascotas cumplen una función en la vida del hombre: le permite hacerse responsable de alguien y de construir y prodigar  ternura.

CUESTIÓN DE SENSIBILIDADES


 Ayer por la tarde, mientras platicaba con mi hijo acerca de lo acontecido durante los días que no nos vimos, comenté  acerca de la noticia que me escandalizó, primero y después me pareció singular: una abuela y su nieto esperan un hijo.
   Él abrió mucho los ojos, me impidió continuar con mi relato y me preguntó por qué  siempre hablo de cosas truculentas.  Mi respuesta inmediata fue:”se debe a sensibilidades".
   Ahora, en la soledad y la reflexión, creo necesario hacer una autocrítica severa a mi sensibilidad o falta de ella.  El término sensibilidad remite a la captación de estímulos y la reacción ante ellos, el organismo, biológico y social, está alerta y capta cualquier variable que se presenta para provocar una respuesta.  
   Hay actos deleznables, criminales, tal como lo ocurrido a Paulette, al bebé que perdió la vida por los golpes que le propinó su padre y lo ocurrido a Callejerito; eso es algo que no tiene medida de crueldad y es totalmente reprobable porque se trataba de seres indefensos ante personas que tienen más poder físico.  El caso del incesto comentado con mi hijo es un acto reprobable, pero aceptado por las partes, el nieto es mayor de edad y la abuela, mucho más.
   Me afecta y hiere mi sensibilidad el hecho de que existan personas abusivas, que ostentan superioridad, que pasan por encima del derecho supremo de vivir y de decidir, pero debemos tener en cuenta que las víctimas de los hechos violentos no tenían la capacidad de decisión ni oportunidad de defenderse.
   Es, tal vez, una explicación absurda, pero verdadera para mí.  Recordando los versos de Jaime Torres Bodet:”Un hombre muere en mí cada vez que un hombre muere asesinado por la prisa y el egoísmo de otros hombre", es decir, no muere por acuerdo con otros, como es el caso de ese incesto en particular.
   En fin, pido disculpas a todos los que lean mis escritos y en particular, a mi hijo, porque, evidentemente, mi sensibilidad es muy diferente a las de muchas personas.

domingo, 2 de mayo de 2010

LAS ASPIRACIONES DE UNA MUJER.

Cuando tenía pocos años de vida, Cecilia se imaginaba como una gran artista, una actriz consumada que llenaría los escenarios, y recibía ovaciones acaloradas.
Algunos años después y mientras aprendía en la escuela acerca de culturas antiguas, de los fósiles, de los vestigios del pasado remoto, se imaginaba como maestra, veterinaria o paleontóloga.  Construía en sus juegos un ambiente adecuado para tales actividades, unas veces en los ranchos o en el campo, otras en Egipto, México, Perú, Chile, etc., otras en un salón de clases.  Para este último, era más sencilla la conformación del ambiente, reunía a sus muñecos y los colocaba sobre las dos camas individuales y el closet era el pizarrón.  No sabía bien a bien cuál sería su futuro, pero cualquiera de las tres actividades consideraba que eran apropiadas para ella.  
     Debido a un casamiento y a la llegada de un hijo, tuvo que estudiar una carrera técnica, la cual le satisfizo, pero por azhares del destino, acabó cumpliendo uno de sus más preciados sueños: ser maestra.
    Cecilia lleva casi dos décadas en el servicio educativo y han pasado por sus manos muchos infantes que requieren aprender no sólo conocimientos, sino  valores, ética, respeto, auto cuidado, etc.
   En el mes de octubre, llamó a la mamá de una ex alumna  por la que siente especial aprecio.  ¿El motivo?  La muchacha se rehusaba a continuar su formación escolar y pasaba los días y las noches sin ejecutar actividad cognitiva ni laboral alguna y era necesario hacer reflexionar a los padres acerca de la necesidad de hacer la muchacha una persona productiva, autosuficiente y generosa, pues debía compartir el fruto de su trabajo con la familia.
   Pocos días después, sonó el teléfono y Cecilia, al levantar el auricular y contestar y reconocer la voz de sui interlocutora, se emocionó:
--¿Hola, cómo estás, muñeca?
--Yo no soy muñeca.  ¿Para qué le llamó a mi mamá?--contestó la voz, con un tono molesto.
--Le llamé porque me interesa que tengas actividades, que acrecientes tu mundo, que no vivas en el pasado y que puedas conocer más personas.
   La voz de la ex alumna continuaba molesta, no se dejaba tranquilizar bajo argumento alguno.  Cecilia intentó cambiar el tema:
--¿Tienes correo electrónico?
--Sí, pero no me lo sé.
   Esto fue interpretado por Cecilia como una muestra de enojo, pero insistió:
--¿Quieres que te diga cuál es el mío?  Sería bueno que me escribieras de vez en cuando.
   La muchacha, que era obsesiva y consistente en su enojo, dijo_
--Mire, yo no soy su hija para que se ande metiendo en mi vida, no quiero estudiar y no voy a hacerlo.  Además, no soy muñeca y usted no tenía por qué haber llamado a mi mamá.
   Cecilia, quien se había controlado y mantenido la paciencia ante la intransigencia de la muchacha, le dijo con voz contundente:
--Ahora sí me hiciste enojar.  No me vuelvas a llamar por teléfono.
   Colgó el auricular y pensó en la razón que tenían los que le habían aconsejado no establecer lazos afectivos con los alumnos, que a ellos solamente hay que verlos como sujetos de trabajo, sin mezclar emociones.
   Llegó diciembre, el fin el año y Cecilia pensó en que debía llamar a las personas más apreciadas para desearles un buen año; recordó a su ex alumna, pero no llamó.
   Hace dos semanas, a principios del mes de abril, mientras trabajaba con otros alumnos, llamaron a la puerta del aula.  Era Rosa, pidió permiso para entrar y se acercó a Cecilia con voz y actitud sencilla, apenada y afectuosa.
   Tras pedir disculpas a la profesora, agregó:
--Vengo a decirle que ya estoy estudiando computación y, además, vendo zapatos por catálogo.  Los catálogos cuestan caros.  La venta es en dos pagos.
   
   Cecilia se sintió reconfortada, aunque estuvo a la expectativa y, una vez lastimado su corazón por lo que en octubre le dijo Rosa, se mantuvo alerta para no entregar de nuevo su afecto.
   Rosa se acercó a las demás profesoras, mostró sus catálogos, se portó tolerante, paciente, consecuente y comprensiva.   Cecilia pensó que no hay mal que por bien no venga, puesto que después del altercado  con la muchacha, había conseguido que reaccionara en favor de sí misma, se dijo que su esfuerzo realizado durante los dos últimos años de primaria y aunados al seguimiento extraescolar durante los cinco años siguientes, habían rendido fruto.  
--Claro--se dijo-- no todo es mi obra, pero sí soy parte importante dentro de esta construcción.
   Cecilia observó detenidamente los catálogos, preguntó acerca de los precios, los colores y de otras prendas que no venían en los catálogos pero que requería.  Finalmente, decidió hacer una compra con el objetivo de hacer notar a su ex alumna que reconoce su esfuerzo.
   Al despedirse, Cecilia dijo a Rosa:
--Me da mucho gusto verte, me llena de felicidad observar cuánto has cambiado y que ahora eres mejor.  Te encargo unos zapatos.