La Educación
Especial es una derivación de la educación en su sentido amplio y se destinaba
a aquéllos que por enfermedad no podían asistir regularmente a la escuela o
bien, a quienes como consecuencia de algún accidente en el desarrollo orgánico
pre, peri o postnatal, adquirían una
deficiencia. Las prácticas de la
educación especial se destinaban a la compensación del déficit, al uso de los
instrumentos y herramientas destinadas a la superación de la deficiencia a
través del uso de aditamentos artificiales.
Ahora se quiere
que los maestros especialistas trabajen con los contextos que crean la discapacidad
en los sujetos. Eso está muy bien, pero
también hay que trabajar con el niño, para mostrarle la manera de aprovechar lo
que la sociedad debe darle.
Hace dos ciclos escolares un supervisor de educación
especial dijo: “el niño está bien, los que fallan son los contextos”. Una compañera le hizo una pregunta: “Si X,
que carece de habilidades sociales y no puede aprender porque tiene una deficiencia
mental, está bien, entonces sus compañeros están mal porque no se dejan
golpear?
Ahora se cambiaron
los términos y tal parece que con el simple cambio de palabras se pudieran
desaparecer todas las dificultades intrínsecas de un sujeto. Eso es una verdadera mentira.
En las escuelas del
D.F., que son las que conozco y considero que las del resto de la república
deben ser similares, las instalaciones son verdaderas trampas, con pasillos que
carecen de la utilización de contrastes en el borde, así que para personas que
presentamos debilidad visual, son de riesgo; sus baños son pequeños, imposibles
para ser utilizados por niños en silla de ruedas, tampoco existen pasamanos en
las paredes de las escuelas para los niños que necesitan apoyarse para caminar… En esos casos, las barreras para el aprendizaje
y la participación están dentro de la misma escuela y ¿cómo podremos incidir en
la desaparición de ellas? No hay
presupuesto, según dicen, PERO LOS POLÍTICOS SE LLEVAR EL DINERO DE MANERA
CÍNICA.
El jueves 29 de
septiembre, se nos dio una presentación en la Junta Técnica y, por supuesto, en
caracteres comunes y no se piensa en las peculiaridades o deficiencias de los
profesores, así que utilicé el órgano sano de una compañera para conocer el
contenido, en el que Janet Morris fue citada con un ejemplo: “una persona en
silla de ruedas tiene una deficiencia, no puede ingresar a un edificio porque
tiene escaleras y eso es una discapacidad”.
Entonces, hice un señalamiento: “La
SEP es una barrera para el aprendizaje y la participación de los niños ciegos,
no existen libros de texto en braille, ni siquiera programas lectores para las
computadoras”. La respuesta de la
directora fue el silencio.
Los fines de la
Educación Especial son inciertos, solamente los conocen aquéllos que están en
lo alto de la pirámide y los maestros especialistas damos palos de ciego.