martes, 27 de julio de 2010

LOS NOMBRES PROPIOS.



Los nombres cumplen con la función primaria de permitir la identificación de una persona ante el resto y también, dan una identidad.  Los nombres son queridos, odiados, menospreciados, admirados e, incluso, pueden causar asombro para otros.
   En mi caso, me parece que el mío es tierno, melodioso y poco común, aunque a veces causa incomodidad.
   El día de ayer, una mujer de edad avanzada, ignorante en extremo, preguntó la causa del nombre, por qué se escucha en diminutivo.  No respondí.
   Yo solía pensar que el mío es un nombre que remite a la imagen de una niña o de una anciana, por lo dulce.  Ahora creo que lo llevo con orgullo y me siento feliz de que mis padres lo hayan elegido para mí.  

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