martes, 19 de octubre de 2010

DE QUE DIOS DA, HASTA LOS COSTALES PRESTA...



   Esta frase se aplica cando a una persona o población en desgracia o situación difícil, le ocurre algo que la pone en situación aún más grave.  Esto ocurre con los estados de Veracruz, Hidalgo, Puebla, Estado de México y D.F.   Por el paso del huracán, degradado ahora en tormenta.  
   Los poblados de la provincia mexicana, algunos de ellos mu pobres, se ven afectados aún más por estos fenómenos naturales.
   Otilia es una joven hidalguense, de la comunidad otomí, que regresa a su estado para consolar y apoyar a su familia.  Se expone a los riesgos que implica el traslado en estas condiciones pero tiene la responsabilidad de llevar suéteres y víveres a su familia.
   Las condiciones en las que sobrevive gran parte de la población mexicana es vergonzante, parece mentira que en el año del bicentenario, es decir, en pleno 2010 existan familias como la de ella, carentes de lo básico, de alimentación, de educación, de un lugar digno d para vivir, de ropa, de medicamento y, sobre todo, de ambiciones.
   Ella es la quinta de nueve hijos, todos analfabetas a excepción de ella, que empezó a estudiar en el INEA a los 18 años, que reproduzcan la vida miserable de sus padres y de sus abuelos, que caen en el vicio por no tener expectativas.
   Y, además de esta triste situación personal, se agregan los fenómenos naturales.
   Me pregunta, ¿qué hacen en este momento los legisladores, los gobernadores, los altos funcionarios de la república y el presidente?  ¿Cómo pueden dormir tranquilos cuando hay graves problemas nacionales qué atender?  ¿Qué tipo de ayuda han enviado a estas comunidades?