domingo, 31 de marzo de 2013

EL TESORO DE GEMA


Siento el aire en mi cara,  la brisita me hace cosquillas, pero no puedo reír…  Esto me parecía algo especial antes, cuando estábamos todos juntos, me refiero a mis papás y yo.  Ahora viajar en moto no es tan divertido.
   Hace algunos días, mis papás se enojaron, pelearon y gritaron; ellos no saben que yo los escuché, porque ya estaba acostada, había cenado unos deliciosos hot-cakes con mucha miel y mi leche.
   En mi recámara, que está adornada con princesas y tiene muchos muñecos de peluche que me han comprado y otros me los ha hecho mi mamá.  Me había ido a dormir, había seguido todo lo que hago siempre: me puse el pijama porque ya soy grande, lavé mis dientes y mi cara, di las buenas noches a los dos y mi mamá apagó la luz de mi habitación y luego, cerró la puerta.  Yo teníamos ojos cerrados, estaba a punto de dormir cuando un grito de auxilio me sobresaltó.  Era mi mami, que me pedía que la ayudara, pero ¿qué podría yo hacer si soy pequeña?  ¿Cómo podría ayudarla si no sabía lo que había pasado?
   Yo solamente cerré mis ojos con fuerza, los apreté como si les hubiera entrado jabón y me tapé, me  encogí  como los bebés antes de nacer; esto lo digo porque he visto revistas ellas que hay fotos de bebés. 


A la mañana siguiente mi papá no estaba en la casa, pero no me pareció extraño porque él siempre se va temprano, trabaja en una camioneta que va al mercado y ahí se queda todo el día, hasta la noche.  Cuando llegaba, jugamos con mis juguetes, que son muchas y muy variados, tengo muñecas, coches, triciclos, columpio y resbaladilla.
   Bueno, desde esa noche no llegó mi papá.  Yo estaba intranquila, pero trataba de que no se notara.  No entiendo aún por qué no está aquí, pero veo a mi mamá más feliz, ahora viene Ricky  más seguido y se queda con mi mami.
   Al otro día del grito de mi mami, no salimos a vender productos como siempre,  pero sí al siguiente día.  Fuimos primero con los señores Marín, que son muy cariñosos conmigo y son los papás de Ricardo.  Bueno, llegamos y me llevaron a la escuela, como siempre.  A mí me gusta ir con ellos porque tienen una nieta que se llama Bere, que es mi amiga y las dos estamos en el mismo salón del Jardín de Niños.  Desde que entré a la escuela Bere es mi amiga,  siempre lo hemos sido y ahora pasamos el día juntas, porque mi papi ya no vive conmigo,  entonces mi mami pasa gran parte del día en la casa de Bere,  con Ricardo.  Ellos se van al mercado, a la iglesia, a la tienda, a la farmacia en la moto y yo me quedo.  A veces tardan mucho en regresar, al principio yo me preocupaba, pero ya no lo hago más.
   Ricardo es agradable, me consiente y dice que soy la niña más adorable que ha conocido.  Yo creo que no ha de tener hijos;  juega conmigo, me carga como si fuera yo un bebé y a mí, me da risa porque pienso que es tonto.  Bueno, pero no lo digo porque no quiero que piense que soy una niña grosera.
   La señora Marín va mucho a la iglesia, reza casi todo el tiempo y ayuda al sacerdote en cosas de la Primera Comunión.  No sé cómo se dice a las que son maestras de eso.  A veces nos lleva a Bere y a mí, pero no me gusta porque es aburrido, lo bueno es que cuando vamos nos compra dulces o panecitos que venden afuera de la iglesia.  Me enseñó a persignarme y a rezar al ángel de la guarda.  Yo creo que eso está bien y le digo a mi mami que ella también le rece, porque ella sale muncho en la moto.
Dice mi mami que soy su tesoro, que crecí muy rápido,  que dije mis primeras palabras desde muy chica porque ella siempre hablaba conmigo, me contaba todo lo que hacía, lo que lavaba y vendía, también me cantaba lindas canciones, me ponía películas y jugaba conmigo;  mi papi decía que yo era su tesoro, que no había niña más bonita e inteligente que yo y yo lo extraño mucho.  Viene a verme dos veces a la semana, una de ellas está poco tiempo conmigo porque al día siguiente debo ir a la escuela, los viernes también viene y a veces me lleva con él a la casa de mis abuelos.  Ahí me divierto mucho porque me llevan de paseo, salgo a diferentes partes y puedo montar a caballo, nadar, subir escaleras de las pirámides, comer en el cine y subir al coche de mi papá es muy bonito porque es deportivo; él me dice que hay pocos como ese, que es una marca especial.   Cuando voy con él me siento feliz a medias porque quisiera que mi mami fuera con nosotros. 
Hoy es domingo, este fue un fin de semana algo  ajetreado para los Marín, porque  la mamá de Ricky estuvo muy atareada en la iglesia.  Mientras tanto, mi mami, Ricky y yo nos quedamos en la casa, jugando y comiendo.  Yo creo que mi mami está contenta, así la veo, hasta le dice “papi” a Ricardo.  Yo me siento algo incómoda, algo molesta, algo abandonada,  algo sola y algo acompañada porque estoy con Bere, algo descontenta, algo desencantada, algo confundida, algo triste, algo contenta y muy desorientada…  

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