El abandono gubernamental a la educación especial se ha venido acrecentando, ejemplo de ello es el Programa Nacional para la Incorporación de los discapacitados en la sociedad. El mencionado programa, vigente durante la gestión de Ernesto Zedillo, desaparece por decreto todas las deficiencias y las transforma en discapacidades definidas algo así como una limitación para acceder a los satis factores que goza el resto de la sociedad; a partir de esa definición, todas las personas, deficientes o no, pueden tener una discapacidad.
Otro error enorme, que se explica a partir de nuestra filiación a los organismos internacionales, es la llamada integración educativa. Es realmente cruel el hecho de crear falsas expectativas a los padres de familia, quienes llevan a sus hijos a la escuela que desean, pero que es inaccesible (no me refiero a la estructura de los planteles para los casos de los alumnos con trastornos motores) para los alumnos que presentan una deficiencia en su desarrollo cognitivo y los condenan a permanecer "integrados" ante contenidos escolares que no pueden comprender debido a su nivel de desarrollo.
Bueno, transcurren los años y los niños pasan de un grado a otro con las llamadas adecuaciones curriculares y con la flexibilidad de la educación básica, terminan la primaria y la secundaria y después... NO VAN A APRENDER ALGUNA ACTIVIDAD CONCRETA, ES DECIR, UN OFICIIO, no porque los niños ya pudieron con la secundaria.
Creo que la finalidad de la educación especial, que consiste en potencializar las habilidades de los alumnos con discapacidad se ha perdido, pues no todos podrán hacer más de lo que les ofrece la educación básica y se pierden de la valiosísima oportunidad de volverse independientes y autónomos.
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