lunes, 26 de octubre de 2009

Juliano el Apóstata y su lucha contra los cristianos




 Considerado en diferentes épocas de la historia como un personaje heroico, el emperador Juliano es el símbolo del mundo, el del siglo IV que se resiste a desaparecer bajo el empuje de los godos y de la Cruz. Este filósofo y gran militar se opuso con las únicas armas de la razón y el diálogo al absolutismo de los cristianos, unos bárbaros intelectuales que habían conquistado la civilización. Su intento de revivir el helenismo posee aun un romántico atractivo, y sin duda el devenir de Europa habría sido diferente de haber triunfado en su empeño.

Nazareno existió en carne y hueso, mientras los dioses a los que rendimos culto nunca fueron hombres; más bien son cualidades o poderes hechos poesía para que los conozcamos. La poesía desapareció con el culto del judío muerto. Los cristianos quieren reemplazar nuestras hermosas leyendas por los registros policiales de un rabino reformador judío. A partir de este material inverosímil esperan lograr una síntesis final de todas las religiones conocidas. Ahora se apropian de nuestras festividades. Transforman las deidades locales en santos. Nos quitan nuestros ritos de misterio, en particular el de Mitra. Los sacerdotes de Mitra son llamados «padres». Así los cristianos llaman «padres» a sus sacerdotes. Incluso imitan la tonsura, esperando impresionar a los nuevos conversos con los adornos familiares de un culto más antiguo. Han empezado a llamar al Nazareno «salvador» y «curador». ¿Por qué? Porque uno de nuestros más amados dioses es Asclepio, a quien llamamos «salvador» y «curador»

Por ejemplo la Eucaristía, la toma del pan y el vino, cuando Cristo dijo: «Aquel que coma de mi cuerpo y beba de mi sangre alcanzará la vida eterna.».  Nosotros también somos partícipes de un alimento simbólico, al recordar las palabras del profeta persa Zaratustra, que dijo a aquellos que rendían culto al Dios Uno.., y a Mitra: «Aquel que coma de mi cuerpo y beba de mi sangre, se hará uno conmigo y yo con él; él mismo no conocerá la salvación.» Esto fue dicho seis siglos antes del nacimiento del Nazareno.

—Un profeta. Fue asesinado en un templo por sus enemigos. Mientras moría, dijo:
«Que Dios os perdone tanto como yo.» No, los galileos no han dejado de robarnos ninguna de nuestras cosas sagradas. La principal preocupación de todos sus concilios es tratar de dar algún sentido a todos sus robos. No los envidio

No veo una diferencia esencial entre la historia de Mitra y su secuela cristiana. Evidentemente, el código de conducta de Mitra es más admirable que el cristiano. Los que rinden culto al primero creen que la acción correcta es superior a la contemplación. Apoyan las antiguas virtudes como el valor y el autodominio. Fueron los primeros en enseñar que la fuerza es nobleza. Todo esto es preferible a la histeria cristiana que vacila entre el asesinato de los herejes por un lado y un cobarde rechazo del mundo por otro. Ningún creyente en Mitra puede ser absuelto del pecado mediante la aspersión de agua. En un sentido ético, considero al culto de Mitra como el mejor de los cultos de misterio. Pero es absurdo decir que es «más verdadero» que sus rivales. Cuando alguien adopta una posición absoluta acerca del mito y la magia, el único resultado posible es la locura.
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