Quemar libros es, qué duda cabe, uno de los placeres psicóticos predilectos de toda clase de fundamentalistas religiosos, nacionalistas o de cualquier índole, como paladear el más delicioso caviar para un gourmet. Para dichas mentes estrechas en su visión del mundo, la aniquilación por el fuego de aquellas obras transgresoras no es sólo una labor pía o necesaria para hacer predominar sus concepciones inherentemente justas y virtuosas (según ellos, claro, miren qué casualidad), sino además les proporciona el placer moral de ver arder simbólicamente a sus enemigos (cuando no hacen arder a los escritores o lectores de esos libros también, por supuesto).
Integrantes de organizaciones afines al Partido Acción Nacional (PAN) quemaron textos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en protesta por el retiro de los libros de biología de la Secretaría de Educación de Guanajuato (SEG), que basan la educación sexual en el matrimonio, la virginidad y la abstinencia.
Para ellos los libros de la SEP hablan de muchos temas muy abiertos, muy relajados, no ven al ser humano como un ser integral, sino como a un ser genitalizado, dijo la regidora panista.
“La SEP, mediante los libros, está obligando a mis hijos a usar condón, cuando yo quiero que ellos no hagan nada hasta el matrimonio, dijo la presidenta de Cofavi, Beatriz Rodríguez.”
“Expresamos nuestro apoyo a la educación sexual basada en valores, y nos manifestamos en contra de imposiciones ideológicas y sin perspectiva de familia”.
En una plaza de Berlín versa una frase que dice: "cuando se empieza quemando libros se acaba matando personas" en referencia a la quema masiva de libros "prohibidos" que hicieron los nazis. A la regidora panista habría que darle una clase de historia universal.
Yo pensaba que vivía en el siglo de la tolerancia.
Alemania 1933
Chile 1973
Argentina 1976
¿Cuánto tiempo falta para que la reacción, la derecha ejerza pleno control sobre la sociedad?
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