sábado, 24 de julio de 2010

EL CONTAGIO.

 Lorena se despertó y al levantarse, pensó que sería un día tranquilo, como siempre durante el periodo vacacional: prepararía el desayuno, lavaría los trastos y continuaría con la limpieza del resto de la casa.  No sabía que llegaría su hijo a visitar a la familia.
   Cuando llegó Diego, la mujer estaba ocupada en las labores domésticas y, a manera de bienvenida, ofreció un bocadillo al hombre joven.


Tomada de http://www.dw-world.de/dw/article/0,,4882149,00.html

   Una vez reunida la familia, Lorena se preparó un café, mismo que había ofrecido a su hijo quien, al verlo, lo llevó a los labios y dio un trago.  "Ojalá no me enferme porque viene con un catarro terrible", pensó y, para no incomodarlo, siguió bebiendo de la taza.
   La noche siguiente, mientras buscaba información, Lorena comenzó a sentirse enferma.  No pudo menos que pensar que se había debido a la falta de precaución ante la gripe Diego.



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