Hoy, 9 de julio, concluyó otro ciclo escolar; por mi parte, estoy
satisfecha, pues pude apoyar durante cinco años, a la niña
diferente, la alumna con discapacidad múltiple que hoy, con orgullo y vanidad,
se despidió de mí.
--Bueno, Lupita, terminaste la primaria. Ahora a lo que sigue: la secundaria.
--Sí-- me dijo con timidez.
También recibí la visita de un alumno que pasará al tercer grado de secundaria y a mí me llena de gusto, de orgullo y de emoción, darme cuenta que los niños se acuerdan con cariño de sus maestras, entre ellas, yo.
Cada vez que algún niño llega a visitarnos, es como si se nos diera un reconocimiento, un aplauso, un abrazo, una felicitación. Yo creo que no hay nada más importante y valioso que el hecho de ser recordada con cariño o emoción, porque los alumnos tienen mejores cosas qué hacer que el visitar a sus ex-profesores.
Debo reconocer que mi visión es demasiado pobre y que de repente no puedo reconocer a los alumnos y ex-alumnos, pero lo puedo compensar sin decir su nombre, pues a todos los aprecio y reconozco su atención.
Por cierto, ayer pasaron unos alumnos que tuve hace años, cuando cursaban el 2o. grado y día apoyo al grupo; iban con la intención de que les escribiese algo en sus palayeras.
--Maestra, ¿me escribe un pensamiento?
--Por supuesto que sí--respondí, mientras me preguntaba cómo se llamaría el niño.
Para resolver mi falta de memoria y de visión, y para evitar lastimar el corazón del menor, omití el nombre y me limité a escribir el mensaje.
Después, fue una niña la que me solicitó el mensaje, y me enfrenté al mismo cuestionamiento, pero lo resolví de la siguiente manera:
Nena
Espero que te vaya muy bien en la vida, que logres lo que te propongas y que lo que te propongas sea algo bueno para ti. Con cariño, la profesora.
Después me disculpé pensando que a esos niños no los atendí directamente y que a ello se debe mi carencia de memoria.
Por lo general, uno recuerda a aquéllos alumnos que por buenos o por latosos, lograron captar la atención de la mayoría de los profesores. Sin embargo, los que son de la media, los que no son latosos en extremo, ni buenos en extremo y tampoco latosos en extremo, son dignos.
--Bueno, Lupita, terminaste la primaria. Ahora a lo que sigue: la secundaria.
--Sí-- me dijo con timidez.
También recibí la visita de un alumno que pasará al tercer grado de secundaria y a mí me llena de gusto, de orgullo y de emoción, darme cuenta que los niños se acuerdan con cariño de sus maestras, entre ellas, yo.
Cada vez que algún niño llega a visitarnos, es como si se nos diera un reconocimiento, un aplauso, un abrazo, una felicitación. Yo creo que no hay nada más importante y valioso que el hecho de ser recordada con cariño o emoción, porque los alumnos tienen mejores cosas qué hacer que el visitar a sus ex-profesores.
Debo reconocer que mi visión es demasiado pobre y que de repente no puedo reconocer a los alumnos y ex-alumnos, pero lo puedo compensar sin decir su nombre, pues a todos los aprecio y reconozco su atención.
Por cierto, ayer pasaron unos alumnos que tuve hace años, cuando cursaban el 2o. grado y día apoyo al grupo; iban con la intención de que les escribiese algo en sus palayeras.
--Maestra, ¿me escribe un pensamiento?
--Por supuesto que sí--respondí, mientras me preguntaba cómo se llamaría el niño.
Para resolver mi falta de memoria y de visión, y para evitar lastimar el corazón del menor, omití el nombre y me limité a escribir el mensaje.
Después, fue una niña la que me solicitó el mensaje, y me enfrenté al mismo cuestionamiento, pero lo resolví de la siguiente manera:
Nena
Espero que te vaya muy bien en la vida, que logres lo que te propongas y que lo que te propongas sea algo bueno para ti. Con cariño, la profesora.
Después me disculpé pensando que a esos niños no los atendí directamente y que a ello se debe mi carencia de memoria.
Por lo general, uno recuerda a aquéllos alumnos que por buenos o por latosos, lograron captar la atención de la mayoría de los profesores. Sin embargo, los que son de la media, los que no son latosos en extremo, ni buenos en extremo y tampoco latosos en extremo, son dignos.
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