lunes, 21 de marzo de 2011

LUJAMBIO, OSORIO, EDUCACIÓN Y TELENOVELAS.

Recuerdo que cuando era niña, allá en los años 70, solíamos ir los fines de semana a la casa de mi abuela, que era una mujer dulce y trabajadora; ahí vivían mis tías y unas primas con quienes jugábamos, nos divertíamos, comíamos fréjoles con totopos y además, veíamos telenovelas.  Esto último era algo diferente a lo que ocurría en la casa con mis padres.  Recuerdo algunos títulos de los dramas televisados: "Muchacha italiana viene a casarse", con Angélica María y Ricardo Blume; y "Esmeralda".  Hasta ahí llega mi memoria infantil de aquellos días de aventura y comida deliciosa y desordenada.
   Unos años más tarde, se pensó en coptar al público infantil y surgieron series telenoveladas tales como "Mundo de juguete", "Carrusel de niños", "Chispita", entre otras.  Todas ellas  tenían argumentos que se dirigían a "influir" en la conducta de los infantes, pues presentaban comportamientos infantiles adecuados e incorrectos, todos ellos envueltos en un drama, es decir, contextualizados en una realidad ficticia.  
¡APAGA LA TELEVISIÓN Y ABRE UN LIBRO!

También recuerdo que hubo telenovelas de corte histórico, en las que se pretendía "revivir" la historia de los héroes mexicanos, como en "Senda de Gloria”, “La antorcha encendida" en la que se muestra la trayectoria de Porfirio Díaz.  En ella se puede observar la evolución del pensamiento de Díaz, así como los avances de la ciencia y la tecnología de la época.
    El productor Juan Osorio, ex pareja de la controvertida Niurka,  ha intervenido en la realización de varias telenovelas exitosas, pero de otro estilo.  
   Por otra parte, Alonso Lujambio, desconocedor de que la televisión y las telenovelas son de gran relevancia en la población mexicana, se aventura a decir una afirmación desafortunada al hablar de un binomio educación-telenovela.  Por si no lo sabía el Dr. Lujambio, los niños de las clases bajas viven en un cuarto con todos los miembros de la familia, por lo que voluntaria o involuntariamente, ven telenovelas; resulta que el sector de pobres en la población mexicana es muy vasto y que ellos son los menos educados de la Nación.
   ¿Me pregunto ahora, qué tipo de educación pueden brindar las telenovelas que no se dirigen a una población infantil y que carecen de la intención histórica?  ¿Acaso es bueno que los niños vean situaciones de intriga, trampa, engaño, deslealtad, infidelidad y promiscuidad?
   Considero que los políticos deberían prevenir situaciones, ir preparados para las posibles preguntas y tener una idea de lo que deben contestar porque de otra manera, nos hacen pensar que están improvisando o bien, que el concepto en el que tienen al pueblo es lamentable.