Hace alrededor de un año escribí
acerca de los dichos populares e hice un comparativo con México.
Al escuchar el texto relativo
a la presencia del ciego que se presentó ante el presidente Fuchila y ratifiqué
la deleznable imagen que difunde ante los mexicanos, me dio mucha
lástima.
Lástima por él, que es un
bienaventurado, y por nosotros que lo padecemos además de que
sufrimos las consecuencias de los “palos de ciego” que ha dado.
Para completar lo expresado por el hombre con discapacidad visual que se presentó y fue impedido que su discurso fuese escuchado por más personas, agrego:
1. Existen leyes que “protegen” a las personas con discapacidad,
que “procuran” la “igualdad” de oportunidades. Pues ahí va mi
comentario: NADA DE LO QUE ESTÁ ESCRITO ES REAL, NO EXISTEN LAS
CONDICIONES CONCRETAS QUE NOS PERMITAN HACER LO MISMO QUE
LOS DEMÁS,
2. NO HAY LA CULTURA LEGAL NI LA VOLUNTAD POLÍTICA PARA
ACONDICIONAR, CREAR, ELABORAR Y CONSTRUIR NO SOLAMENTE LELYES, SINO
ACCIONES Y APARATOS EFICIENTES PARA LOS DISCAPACITADOS.
3. Los compañeros de trabajo y amigos son más sensibles a las
necesidades de un discapacitado que los encargados de dar
seguridad y a un pueblo heterogéneo y por ello cobran grandes sumas de dinero.
4. Yo no sé cómo pueden dormir tranquilos estos “funcionarios” que, además
de insensibles, son déspotas.
Recordando a un amigo ciego fallecido hace ya
varios años, Otón Salazar Müller, repetiré dos frases que me llegan a la
mente cada vez que experimento tal indignación y va
dedicado a todos esos tipos soberbios, déspotas, prepotentes y deleznables :
“ESTOY CIEGO DE LOS OJOS, NO DEL CEREBRO”
“ESOS FULANOS NECESITAN UNAS PATADAS EN EL
CEREBRO PARA QUE SE EDUQUEN”