miércoles, 31 de agosto de 2011

FIN DE MES.




   Estos días han sido bastante ajetreados, una regresa a laborar y de nuevo comienzan las prisas y la carga de trabajo es abrumadora.  Desgraciadamente existen muchos, muchísimos casos en los que debemos intervenir para orientar y apoyar a profesores, padres y niños que son violentados no sólo físicamente.
   Recientemente fui presentada en otro Plantel, la escuela es amplia, grande como enormes son los conflictos que existen en la población a la que brinda educación.  Yo tengo la convicción de que los niños únicamente  con educación sólida pueden salir adelante y progresar; pero nos enfrentamos a una realidad cruel: un ambiente adverso, unos padres inmediatos, impulsivos, carentes de valores o, mejor dicho, con valores que no se asemejan en lo más mínimo a los que se debieran practicar en una sociedad depurada.
   Me  angustia constatar que así, nuestro país, México, tiene pocas esperanzas de ser una Nación sana.  Cómo explicarlo?  La población en general, es decir, la mayor parte de los habitantes, carecen de escolaridad básica concluida.  Esto significa que no solamente faltan conocimientos culturales, sino que hay carencia del control de la impulsividad que solamente provee la escuela.
   Para qué sirve la escuela?  Es una pregunta absurda pero se escucha con frecuencia cuando se compara el ingreso y poder adquisitivo de aquéllos que estudiaron con los que no lo hicieron pero poseen grandes cantidades de dinero por comercializar con diferentes productos, desde  quesos hasta bienes inmuebles.  Para vender, no se necesita estudiar.
   Yo llego a la triste conclusión de que en este mundo, tan lleno de contradicciones, la contradicción mayor es que la educación no sea apreciada como  raíz  del progreso de México.