domingo, 13 de diciembre de 2009

NO ES LO MISMO BACIN QUE JARRO.


El refrán trata de las diferencias en las personas, las que son de diferente clase social y económica, además de la cultural.  Hacía mucho tiempo que no venía a mi mente, tal vez porque no había tenido la ocasión de pensar acerca de su carga despectiva y discriminadora.

   El día de ayer me leyó ni mamá un artículo de Álvaro Cueva, en él narraba la manera en que le fue robada su camioneta cuando intentaba arrancar de un lugar donde estaba estacionada.  Es un relato angustiante, ya que describe la forma en la que sacó a su mamá del automóvil.  Es un artículo halagador hacia la policía y la agencia el ministerio público ya que le resolvieron el problema del robo y le devolvieron su camioneta en menos de 48 horas.  

Me parece que en nuestro México hacemos mexicanos de primera, de segunda y de no sé cuántas categorías, aunque no existan títulos nobiliarios ni castas.

   He escuchado comentar que los servicios de las agencias del ministerio público son engorrosos y lentos, que los agentes son déspotas y tratan a las víctimas como si fuesen culpables.  Algo que contrasta con lo expresado por el periodista.  No sé qué creer...

   Lo único que puedo expresar es que cuando salgo a la calle y voy sin mi bastón, las personas que atienden en lugares públicos son cortantes, actitud diferente a la que expresan cuando llevo mi bastón.  El bastón de las personas famosas es, lógicamente, su popularidad.