viernes, 5 de febrero de 2010

LAS RELACIONES HUMANAS EN LOS TRABAJOS, QUÉ TRABAJO CUESTAN.


 
  "Cada cabeza es un mundo", "cuestión de enfoques", "todo depende del color del cristal con que se mira", "lo que natura no da, Salamanca non presta", "suerte te de Dios que el saber no te interese"...

   Las relaciones sociales con los demás son difíciles, la complejidad no radica en que tengan una preparación elevada, un alto nivel cultural, en que sean exquisitos en su trato ni modales sofisticados. 
   Lo que dificulta el intercambio social dentro del ámbito laboral es que los compañeros asumen como verdad absoluta y como descubrimientos extraordinarios todo cuanto se marca como línea de trabajo.  Lo peor es que la línea que se ha de seguir es difusa, al menos para mí.  



   Una de las últimas reuniones laborales tuvo como objetivo la elaboración de un documento y a partir de él, mostré inconformidad porque se argumentó que el término "barreras para el aprendizaje y la participación" no alude al niño, como lo hacía el término "necesidades educativas especiales".  Dije que el mismo discurso se nos dio cuando se introdujo el término de necesidades educativas especiales y que se nos comentó que el niño presentaba las necesidades en respuesta a la situación contextual y que el trabajo debía ser no solamente con el alumno sino con los contextos.  Fue un caos, se me tildó de agresiva, terca y enojona.  Me prometí no volver a expresar lo que pienso del ámbito laboral en el ámbito laboral.