jueves, 1 de abril de 2010

LA NOTA ROJA II.


 Cuando era niña e iba a la escuela primaria, aprendí que los periódicos son publicaciones que salen periódicamente y que a ese hecho deben su nombre; además, que los periódicos se constituían por varias secciones: primera sección, la sección de sociales, de deportes, de cultura, de espectáculos y la de policía, además de una sección dedicada a la oferta de trabajo, de casas y de coches.   A mí me llamaba la atención leer todas las notas que contenía la sección de policía, me estremecía de incredulidad y asombro --o de morbo-- saber de asaltos, homicidios, accidentes, etc.

   "No es lo mismo los tres mosqueteros que veinte años después".  Ahora, después de treinta y tantos años, me parece que los periódicos y los noticiarios presentan solamente la sección policiaca.  Es deprimente que ya no se pueda estar en un estado de seguridad o es acaso que la situación de violencia latente nos impide observar todo el panorama.  Hoy, lunes 29 de marzo, salió publicada una colaboración de Héctor Aguilar Camín, en ella refiere que el porcentaje de homicidios en México constituye una novena parte respecto a Nueva Orleans, una tercera parte de la cantidad de muertos que hay en Washington y que los fallecidos son menos que en Colombia, Brasil y otros países.  El artículo lo titula algo así como "¿Qué es lo que hacemos nosotros?".  
    Yo creo que lo que se hace en los medios de comunicación es dar a conocer la realidad en la que se vive, la ola de violencia desatada por los dos bandos: el legal y el ilícito, este último mejor organizado, con mayor armamento y con una ventaja: no están uniformados.
   Tal vez, el hecho de  que se sienta una en estado de peligro constante se debe a que a diario se cometen actos que violan la intimidad de las personas, por ejemplo, las llamadas telefónicas en las que "avisan" que tienen a un pariente secuestrado y exigen cantidades de dinero en especie.  
    Después, al escuchar al presidente Calderón decir que los delincuentes son una ridícula minoría y después afirmar que se vale hablar bien de México, comentar que el aumento en los impuestos irá para donde se requiera, no sin antes dirigirse a la población con "amigas y amigos", me parece que no hemos cambiado de sexenio, que es la versión de Fox pero con iniciativa.  No sé qué es peor.
   Lo único que puedo desear es que la Divina Providencia nos cuide a todos.