miércoles, 14 de abril de 2010

UN BAUTIZO INOLVIDABLE.

Todos se levantaron muy temprano, comenzaron a prepararse para la ceremonia que, para algunos, constituía una ceremonia que aglutinaría los tipos social, familiar y religiosa.  Era un bautizo.

La abuela paterna, Alejandra, se sentía orgullosa de su nieto, le profesaba un cariño especial y, por ende, deseaba estar ya junto al bebé.

La ceremonia religiosa fue larga, hubo explicaciones de cada acción que ejecutaba el sacerdote y el bebé, como buen niño, estuvo tranquilo.  

El bautizo, como casi cualquier evento, logró reunir a las familias de los esposos.  Hubo risas, diversiones, comida.  Un payaso y un mago amenizaron la fiesta infantil y la abuela observó que muchos adultos, tal como ella, se divirtieron con la participación de los actores.

   De regreso en la casa, la abuela pensó:”Qué gran día" al tiempo que sonreía.