sábado, 15 de mayo de 2010

INCLUSIÓN EDUCATIVA.


 Me dí por vencida pues "donde manda capitán, no gobierna marinero".  La supervisión nos proporcionó un documento, una parte de un texto acerca de las "barreras para el aprendizaje y la participación", de Ignacio (no sé si así se escribe puesto que no alcanzo a leer los textos en papel).
   Mi reflexión acerca del mismo es que expresa casi lo mismo que en los textos relacionados con las Necesidades Educativas Especiales:
- La anomalía o dificultad es exógena, es decir, no procede del niño sino de los contextos en los que está inmerso.
-  Debemos participar para conducir su aprendizaje y desarrollo a través de la intervención en los contextos.
-  Debemos sugerir a los agentes de contacto y educación de los alumnos para que modifiquen las prácticas que consideremos, perjudican el desarrollo escolar del alumno.

   Hasta ahí, todo está muy bien, pero en el texto dice que el término de NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES surgió en la década de los 70.  Sin embargo, supongo que ahí hay una falacia, pues tengo entendido que fue en la Conferencia Mundial sobre la cobertura y permanencia de los niños en la escuela de 1994, de la que emanó el Tratado de Salamanca, cuando se originó el concepto.
   Lo pregunté, pero no me supieron explicar la duda.  Es un ejemplo del poco manejo de información de ambas partes, de las autoridades educativas y de mí, lo que constituye una barrera para mi aprendizaje y limita mi participación.