martes, 8 de marzo de 2011

EL DiA INTERNACIONALDE LA MUJER UN CASO


                                                           Tomado de http://cuis-canarias.blogspot.com

Era de mañana y Marlene tenía una cita en la escuela de sus hijas, dos niñas simpáticas que cursaban el Primer y 2o. grados; ambas niñas eran muy parecidas entre sí: delgadas, morenas, con ojos grandes y expresivos y ambas con cabellos largos y oscuros.
"Maestra, quisiera que viera a mi niña, es muy desobediente y no quiere estudiar".  La maestra aceptó el compromiso y se dio a la tarea de indagar qué era lo que ocurría con la niña.
   La maestra había hecho la indagación con la niña, se trataba de la mayor de todos los hermanos y parecía sentirse orgullosa de no ser buena estudiante.  
   Marlene llegó a la cita, se sentía apesadumbrada, es que cargaba tanto dolor y responsabilidad, que su juventud se había desvanecido, su apariencia era la de una mujer sin esperanzas ni objetivos claros.
--Buenos días, maestra. 
--Pase, señora.  Ya tengo idea de lo que sucede con Alison.  Lo que ocurre es que no está en un ambiente motivante y se siente con demasiadas responsabilidades, aunque acepta que no obedece a las indicaciones que le dan ustedes.  
--Sí, es grosera, sobre todo con su papá.  Lo que más me preocupa es que en este bimestre reprobó casi todas las materias.
--¿Ocurrió algo en casa que haya sido impactante?
--No.--respondió Marlene con voz titubeante.
--Es que tuvo que haber algo.  ¿Segura que no ocurrió nada?  La niña me dijo que tiene cuatro hermanos y que estaba usted esperando el sexto hijo.
   La mujer rompió en llanto.
--Sí, maestra.  Pero lo aborté.  Me siento muy mal.  No sabía qué hacer, yo ya no podría con otro más.  Además, mi esposo tuvo que vender su coche para pagar la operación.
--¿Señora, acaso no se cuidó?  ¿Por qué sentirse mal si fue su decisión y en realidad, usted no podría atenderlo como se lo merecen los hijos?  
--Yo me la pasaba durmiendo, llorando, no quería saber nada.  Hasta me alejé de mi familia porque pensaba que me iban a regañar...el sexto hijo.  
--¿Señora, qué edad tiene usted?
--26 años.
    Las mujeres continuaron la conversación y, tras dar consuelo y seguridad a Marlene, la maestra dijo, para finalizar:
--Señora, Alison necesita un poco más de atención.  La espero el próximo viernes para dar a usted y su esposo técnicas de estudio con dos finalidades: una, que la niña mejore su rendimiento escolar y la otra, para que se establezcan lazos de unión fuertes entre ustedes.  Con el apoyo  que ustedes den a su hija, se fortalecerán los vínculos.
   
   Ya a solas, la maestra quedó reflexionando: "Esta historia es circular, seguro alguna de sus cuatro hijas repetirá la vida de la señora".