Tomado de http://fibromialgico.blogspot.com
Los jóvenes y, sobre todo en fines de semana, mucha gente, de todas edades, se va de fiesta, pasan la noche disfrutando de la compañía y la charla con los demás, o bien, bailando hasta el final de la fiesta, otros más, pasan el tiempo de descanso disfrutando de la lectura tranquila, apasionada, intelectual, misteriosa, angustiada o tal vez, aleccionante de un libro.
Sonó el teléfono, nadie
contestó. Volvió a sonar, de nuevo nada, parecía que del otro lado del
auricular había un vacío... ¿Quién llamará a estas horas de
la noche? Nada.
La mujer refunfuñó, cómo era posible que "la nada" hubiera marcado su número y tuviera el poder de inquietarla. "Debo desconectarlo", se dijo, pero después de pensarlo mejor, decidió dejar el teléfono tal y como estaba pues, si es que se diera una emergencia "quiera Dios que no", podrían localizarla.
A los pocos minutos, empezó a sentir que estaba en otro lugar, no precisaba dónde, pero se sentía a gusto, "estoy en duerme-vela" se dijo y pronto alcanzó el sueño profundo.
"Ring, ring, ring"... De nuevo el teléfono. "No lo contestaré", pero de inmediato pensó:” ¿Qué tal si ha sucedido algo?". Se incorporó, respiró hondo, y contestó la llamada:” ¿Bueno?" De nuevo, el silencio.
Enfadada, la mujer desconectó su teléfono, se sentó en su cama a esperar que el tan ansiado sueño llegase de nuevo.
La mujer refunfuñó, cómo era posible que "la nada" hubiera marcado su número y tuviera el poder de inquietarla. "Debo desconectarlo", se dijo, pero después de pensarlo mejor, decidió dejar el teléfono tal y como estaba pues, si es que se diera una emergencia "quiera Dios que no", podrían localizarla.
A los pocos minutos, empezó a sentir que estaba en otro lugar, no precisaba dónde, pero se sentía a gusto, "estoy en duerme-vela" se dijo y pronto alcanzó el sueño profundo.
"Ring, ring, ring"... De nuevo el teléfono. "No lo contestaré", pero de inmediato pensó:” ¿Qué tal si ha sucedido algo?". Se incorporó, respiró hondo, y contestó la llamada:” ¿Bueno?" De nuevo, el silencio.
Enfadada, la mujer desconectó su teléfono, se sentó en su cama a esperar que el tan ansiado sueño llegase de nuevo.