lunes, 5 de enero de 2015

ORIENTACIONES PARA UN DESCONOCIDO



 
La maestra especialista en ceguera, que también presenta una deficiencia visual fue llamada para orientar a una compañera que se enfrenta a la inclusión de un niño con debilidad visual que cursa el 4º. Grado de primaria.  Lorena se enteró del caso de Pedro a través de su directora, quien le comunicó que el día que le habían solicitado que le permitiera salir de su trabajo, había faltado por cuestiones de salud.
   Se hizo una nueva cita, sería el 18 de diciembre.  Lorena se preparó como siempre y fue al trabajo, lugar en el que esperaría a que fuesen por ella y la llevaran con el niño y las profesoras. “Qué extraño que sea este día”, pensó, “Hoy es día de celebración en casi todas las primarias y no creo que pueda apoyar realmente al niño y a su madre.  Pero en fin, voy a ver en qué puedo servir”.
   Lorena es débil visual desde hace veintiocho años, más de la mitad de su edad, se acerca al medio siglo de vida.  Desde hace un par de años, ella ha sentido cómo ha ido disminuyendo su capacidad visual,  así que ha tenido que adquirir nuevas estrategias para desenvolverse dentro y fuera de su casa, para resolver las tareas que acostumbra y para reconocer  a personas y lugares.  “El bastón me disgusta, pero ahora sí tengo que usarlo; me rehusaba a expresar a los demás mi dificultad, pero ahora es mi carta de presentación”, solía pensar.
   Al llegar a la escuela en la que estudia Pedro, el menor débil visual, Lorena fue presentada con la maestra de apoyo.  La joven maestra no expresó dudas, al parecer no había tema alguno en el que ella necesitara orientación, así que Lorena dijo:
--Según me dijo tu directora, necesitas orientación para adaptar la computadora—dijo al tiempo que la joven profesionista anotaba en su cuaderno todo lo que Lorena decía.
   Después, Lorena  preguntó acerca del alumno: “Cómo es la visión de Pedro? Distingue colores? De qué tamaño necesita la ampliación? Por qué le quitaron la escritura convencional? Cómo es posible que se le dé la caja matemática “para que el niño conozca el sistema decimal”  si es que cursa el 4º.grado? No es una contradicción que se haya excluido de su repertorio cognitivo la escritura convencional y se le presentan los números de la caja?  No hubo respuesta para todas estas interrogantes y lo peor fue que ni siquiera pudo conocer al alumno ni a su mamá.
   Lorena regresó decepcionada, sintió que su visita había sido en vano porque cualquier indicación o sugerencia que hubiera podido brindar se tejió sobre la base del desconocimiento, no hubo equidad pues los seres humanos somos, cada uno, diferentes y lo que se debe proporcionar es lo que en verdad se necesita.  En fin.