sábado, 21 de noviembre de 2009

EL DEFECTO COMO NOCIÓN SOCIAL: EL CASO DE PEDRO.

Nació hace doce años.  Por ser el primogénito, los padres lo esperaban con ansia a pesar de sus carencias.  Virginia, la madre, había tejido incansablemente chambritas, gorritos, zapatitos y había comprado lo indispensable para la llegada de su vástago, quien dormiría con ella y su esposo debido a lo reducido del espacio. 
   Su embarazo había transcurrido con algunos contratiempos, pero nada significativo que hiciera suponer a otros más letrados, que el menor tendría alguna deficiencia.  Fue al momento del parto cuando se presentaron las complicaciones, le subió intempestivamente la presión y hubo que practicarle una cesárea pues el niño, en lugar de empujar para salir, se rehusaba a hacerlo, como si quisiera permanecer dentro del vientre para no enfrentar su realidad...
   Cuando el doctor cortó el cordón umbilical, fue como si el menor hubiese muerto, no respiró y hubo que reanimarlo, después comenzó a agitarse y, por último, lloró.  En ese momento comenzó el rencor de Virginia.
   El carácter de la mujer se tornó agresivo y hostil, buscaba enfrentamientos con todas las personas que la rodeaban, con sus suegros, sus cuñados, sus hermanos y, sobre todo, con su esposo.
   "El defecto es una alteración orgánica, socialmente condicionada" afirma L.S.Vigotsky, y agrega que la "pedagogía terapéutica" ha creado "vías de rodeo" para poner en contacto al niño con defecto con el mundo.  Pero Virginia, a pesar de haber tenido las opciones, prefería encerrarse en sí misma.
   Cuando Pedro cumplió cuatro años, lo llevó al Jardín de Niños, el infante no se había percatado de su desventaja física (trastorno motor, debilidad visual y deficiencia mental, todas ellas leves), pero sí se había dado cuenta de que la manera de entrar en contacto con los demás era a través del conflicto, tal y como se establecían las relaciones en su entorno cercano (todas las funciones fueron antes relaciones). 
   El niño presentaba un gran desfase en relación con sus compañeros de grupo, niños inquietos y juguetones (en el desarrollo de un niño con defecto, las líneas de desarrollo orgánico y cultural no se unen formando una serie unitaria, sino divergen). 
   A los siete años, Pedro ingresó a la primaria y ya era experto en conflictos, había aprendido a comportarse como Virginia, pero no sabía comer solo, se desplazaba con lentitud y torpeza, pero no era capaz de ir solo al baño, podía establecer un diálogo cargado de violencia hacia otros, pero no podía vestirse ni subir un cierre.
   Virginia tenía una bebita, una niña robusta y sana, a quien puso el nombre de Gloria.  Pedro rechazaba a su hermanita pues le robaba el tiempo que su mamá había prodigado a él solamente.  
   Pedro cursó los grados de primaria y con doce años, cursa el 4o. grado pero no ha consolidado habilidades académicas ni sociales, continúa enfrentando, molestando, agrediendo y acusando a los demás de sus inhabilidades.  Virginia, por su parte, sigue en la posición amenazante y exigente hacia los demás. 
    En el proceso de compensación del defecto, el éxito se presenta cuando la persona con defecto se vuelve competente y productiva, es decir, cuando alcanza la independencia personal y social, lo más que se pueda; entonces, adquiere validez social y, según afirma Vigotsky, pasa de "una minusvalía a una supervalía" y para conseguirlo, debe esforzarse y tratar de aminorar las diferencias que existen respecto a la mayor parte de las personas que lo rodean.  En el caso de Pedro, tal parece que el objetivo de Virginia y de él mismo --seguramente por imitación o porque así lo aprendió-- es lo contrario, el fracaso. 
   Considero que el tener un hijo con deficiencia debe ser un golpe violento, un dolor profundo, intenso y permanente, pero se puede contrarrestar a través de una actitud positiva y práctica. 
   "No se debe ver el desarrollo en retrospectiva, sino en prospectiva", dice Vigotsky.  ¿Cuál es el problema fundamental de Pedro?  Ninguna de sus deficiencias, comprendidas como alteraciones orgánicas consecuencias de un evento traumático, sino su trastorno conductual, y creo que a esto se refiere el mismo Vigotski cuando señala que el problema del niño con defecto se hace patente cuando se enfrenta a la vida social real, en la "esfera del desarrollo propiamente psicológico cultural"..  Pero como Virginia y Pedro no prestan atención a los "enlaces extra corticales" o "préstamos de conciencia" que les proporciona una persona con defecto que alcanzó el éxito en el proceso de compensación, es seguro que Pedro fracase en el proceso.